A la sombra de un árbol, María de los Ángeles Pichardo recarga fuerzas después de cruzar el paso fronterizo de Villa del Rosario junto a su esposo y a su hijo de 4 años. El ronroneo de las ruedas de las maletas de cientos de transeúntes ensordece en esta calurosa zona del departamento colombiano del Norte de Santander.

“Tuvimos que adelantar (el viaje) porque las elecciones son el domingo y de verdad no sabemos qué va a pasar y para estar más seguros preferimos venirnos (…). Vamos hacia Perú”, cuenta a la AFP esta mujer de 29 años, mientras su hijo juega con otro “pequeño migrante” venezolano.

El llamado a elegir una Asamblea Constituyente acentuó las protestas que desde hace casi cuatro meses exigen la renuncia del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dejando más de un centenar de muertos.

El director de la oficina de Migración Colombia, Christian Krüger, dijo a la AFP que las autoridades tienen listo un “plan de contingencia” para varios escenarios, incluso un éxodo masivo desde el vecino país.

Pese a que dejó a sus otras dos hijas en Barquisimeto, a unas diez horas en bus de Villa del Rosario, para Pichardo migrar es la única solución. “Ya no se encuentra comida, ya no se puede salir a trabajar, entre los paros ya no hay seguridad”, afirma sin un rastro de esperanza de volver a su país.

El éxodo ha sido tan visible, que en la cercana Cúcuta, capital de Norte de Santander, cada vez hay más locales de comida venezolana y cientos de trabajadores informales en las plazas.

350.000 venezolanos

Aunque muchos hacen solo un tránsito en tierras colombianas, “hay entre 300.000 a 350.000 venezolanos viviendo en el país”, casi la mitad de forma irregular, indicó Krüger.

Después de vivir 23 años en Venezuela, William Galvis también decidió volver a su natal Colombia con su esposa e hija de 8 años, ambas venezolanas.

“En vista de que el gobierno (de Maduro) no quiere ceder, lamentablemente lo que nos toca es regresarnos (…). La mayoría de venezolanos que venían con nosotros están yendo para Ecuador, Perú, Chile y Colombia porque no aguantan la situación“, relató el comerciante de 45 años.

La imposibilidad de conseguir en Venezuela un medicamento para su esposa fue el detonante, así que Galvis metió en solo cuatro maletas la ropa de su familia y esperará en Cúcuta los resultados de la Constituyente para buscar el resto de sus pertenencias.

En busca de comida

Según Migración Colombia, el lunes se registró un mayor ingreso de venezolanos para comprar alimentos debido a que era feriado en el vecino país y por el paro que convocó la oposición para el miércoles y jueves, como una de sus medidas de presión para que Maduro suspenda la Constituyente.

A diario unos 25.000 venezolanos entran a Colombia y otro número igual sale, en un tránsito circular para comprar productos como arroz, azúcar, pasta o de aseo personal, y para ganar dinero en trabajos informales.

Uno de esos trabajadores es Hengember Castillo, quien se puso a vender boletos de bus en la bulliciosa Villa del Rosario para subsistir y enviar dinero a su familia.

“La situación de la vida en Venezuela está crítica, no es fácil para mantener una familia, la gente busca la solución de salir y venir a comprar su comida acá y llevarle a su familia”, explica este hombre de 40 años, a la vez que confiesa estar desesperado por encontrar un trabajo fijo en Colombia, uno de los países con la tasa de desempleo más alta de la región.

Su objetivo es mudarse con su esposa y con su hija a Bogotá, donde ya viven su madre y su hermana.

Las autoridades colombianas de migración sostienen que la crisis venezolana es un problema de la región y han liderado reuniones con sus pares de países como Perú, Brasil, México o Panamá.

“A nivel regional hemos hecho, digamos, una serie de reuniones de contingencia (…) Claramente esta es una situación (crisis migratoria) que no solamente es de Colombia sino es de la región”, dijo Krüger.

Fuente: El Estímulo

Fecha: 26 de julio de 2017

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