¿Por qué con menos dinero que ganan los venezolanos que han emigrado a Colombia, Perú, Chile y Ecuador pueden comer más que sus familiares que quedaron en Venezuela? La respuesta que dan los economistas es que en este país hay una serie de factores que distorsionan los precios y que generan costos adicionales a los bienes y servicios. El primer factor es la hiperinflación.
Ana Uzcátegui | La Prensa de Lara
Venezuela es la única nación en el mundo que tiene una hiperinflación anualizada de 1.946,0%, según el Banco Central de Venezuela (BCV), registradas en septiembre 2021. Mientras que en el continente americano los países tienen inflación baja de un dígito. Por ejemplo, Colombia tiene una inflación anual de 4.5%, mucho más baja que la variación del Índice Nacional de Precios al Consumidor que tuvo Venezuela en octubre, que fue de 6.8%.
«En América la variación de precios, excluyendo a Venezuela y Argentina, está por debajo de los 2 dígitos. Ahorita Estados Unidos tiene una inflación anual de 5% y en esa potencia mundial están súper preocupados. En los primeros nueve meses del año en Venezuela los precios de bienes y servicios aumentaron, según el BCV 531%, pero solamente los alimentos registraron un alza de 435%, esa cifra es brutal si ocurriera en cualquier otro país del hemisferio», exclamó Hermes Pérez, economista y docente de la Universidad Metropolitana de Caracas.
Mientras en Venezuela la variación mensual de los precios fue de 6.8% en octubre, en Colombia apenas fue de 0,3% según el Banco de la República. «Venezuela en este mes de noviembre cumple cuatro años de hiperinflación, y no es coincidencia que el índice de pobreza esté en 94%. Al haber hiperinflación hay una pérdida del poder adquisitivo y mayor pobreza. Ese ha sido una de las principales causas que ha impulsado que más de seis millones de venezolanos se hayan ido del país», comentó Pérez.
El segundo factor es que en la nación está ocurriendo una apreciación del tipo de cambio. Es decir, la inflación es más elevada que lo que ha variado el precio del dólar este año. Al respecto, la investigadora de Econométrica, Nathaly Oronoz, explicó que en la última semana de octubre, que va del 22 al 29 de ese mes, la variación del tipo de cambio fue menos de 1%, mientras que la inflación que esta firma calculó fue de 6% en ese tiempo.
Alejandro Castro, gerente de Operaciones de Econométrica, apunta que aunque el BCV sigue monetizando el déficit fiscal que impulsa los precios al alza, también está interviniendo en el mercado cambiario oficial para hacer que el tipo de cambio se mantenga «artificialmente bajo».
«Intersemanalmente, el BCV está inyectando entre 30 y 50 millones de dólares a las mesas de cambio, eso ha hecho que el precio del dólar se haya mantenido desde octubre en alrededor de cuatro millones de bolívares, pero esa medida no podrá ser mantenida en el tiempo, porque los dólares que está inyectando a la economía provienen de las reservas internacionales. Venezuela tiene unos seis mil millones de dólares en reservas internacionales, pero la mayoría está en oro. Al Pdvsa tener una producción de crudo tan baja no tiene flujo de caja para sostener en el tiempo las intervenciones que está realizando el BCV, por lo tanto en diciembre puede surgir una nueva volatilidad del tipo de cambio», explicó.
Asegura que de acuerdo a como ha aumentado la inflación, el tipo de cambio debería ubicarse en Venezuela en este momento entre 8 y 9 bolívares digitales por dólar. «Esa no es la política correcta porque deben dejar que el tipo de cambio flote, o crear una política fiscal responsable y dejar de monetizar el déficit, porque lo que gana el BCV manteniendo el tipo de cambio estable lo pierde en tema de reserva, y las reservas no son infinitas», advirtió.
Esta situación incentiva la importación de productos terminados en el país. Al haber un dólar relativamente «barato», los empresarios prefieren importar que producir en Venezuela, reseñó.
Precios sin control
Nathaly Oronoz, economista, indicó que la hiperinflación trajo un proceso de dolarización espontánea en el país, lo que representa que desde finales de 2019 los precios de los bienes y servicios se han fijado en dólares.
Los alimentos tuvieron un rezago en los precios por años, porque estuvieron sujetos más de 50 productos de la cesta básica a un control de precios que en la actualidad aunque se mantengan las leyes, tanto el Gobierno como la Superintendencia Nacional para la Defensa para los Derechos Socioeconómicos (Sundde), se hacen de la vista gorda y permiten que varíen los precios, según la demanda. Eso ha hecho que los precios sean más costosos en comparación con otros países, incluso que Estados Unidos.
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Con información de La Prensa de Lara