Julio Berdegué, representante regional de la FAO para América Latina, calificó el hambre en la región como “escalofriante”. En Venezuela la prevalencia de desnutrición aumentó de 2,5 % en el período 2010-2012 a 31,4 % en el período 2017-2019, según el informe sobre el estado de la seguridad alimentaria y nutrición en el mundo 2020.
El aumento sostenido del hambre en América Latina se ha agravado por la situación que presenta Venezuela, según el más reciente informe de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación la Agricultura (FAO), revelado este lunes 13 de julio.
América Latina registró en los últimos cinco años un aumento del hambre que podría afectar a 9,5 % de su población en 2030, un escenario severamente agravado por el COVID-19, señala el informe.
Esto se traduce en que el hambre afectó a cerca de 47,7 millones de personas en la región el año, es decir 7,4 % de sus habitantes. “En América del Sur, el aumento en la desnutrición observada en los últimos años es impulsado principalmente por la situación en Venezuela donde la prevalencia de desnutrición aumentó de 2,5 % en 2010-2012 a 31,4 % en el período de entre 2017-2019”.
En el caso específico de Venezuela explican que la persistente crisis política y económica influye en los niveles de seguridad alimentaria y de nutrición. “La mayor parte del suministro de alimentos es importada y se encarecen más cada día por la constante devaluación de la moneda”.
De hecho, entre 2016 y 2017 las importaciones cayeron 67 %, a la par que la hiperinflación evaporaba el poder de compra de los hogares y su capacidad de acceso a los alimentos y servicios, de acuerdo con el estudio.
En este sentido, la Encuesta sobre Condiciones de Vida en Venezuela (Encovi 2019-2020) revela que la caída de 70 % del Producto Interno Bruto (PIB), acumulada en los últimos siete años, deja a su paso 96,2 % de la población en pobreza por ingresos, y a 79,3 % en pobreza extrema en el país.
Julio Berdegué, representante regional de la FAO para América Latina, quien calificó el hambre en la región como “escalofriante” declaró a la agencia Reuters: “Estamos yendo desde hace cinco años en la dirección contraria. Esto se debe en primer lugar a un débil crecimiento económico (…) y al problema de desigualdad estructural de nuestra región”.
En relación con los países más afectados, Berdegué mencionó a Haití, un país con altos niveles de inseguridad alimentaria, Venezuela –donde el hambre ha aumentado en forma significativa en los últimos años– y Guatemala, El Salvador y Honduras, países pertenecientes al Corredor Seco en América Central.
El informe sobre el estado de la seguridad alimentaria y nutrición en el mundo 2020 (SOFI, por sus siglas en inglés) se hizo antes de que la pandemia de coronavirus golpeara con fuerza la región.
La Cepal estima que el coronavirus provocará una caída histórica de la economía de América Latina y el Caribe en 2020, que llevará a la peor crisis social de la región en décadas, con millones de nuevos pobres y desempleados.
Uno de cada tres latinoamericanos y caribeños este año van a vivir en condición de pobreza, según proyección de la Cepal, todos ellos amenazados por el hambre (…) Nos preocupa mucho cómo esto va a agravar el riesgo de que esta crisis sanitaria se convierta en una crisis alimentaria”, señaló Berdegué.
América Latina y el Caribe también es la región con el costo más alto para acceder a una dieta saludable, con un valor promedio de 3,98 dólares por día.
Este monto es 3,3 veces más caro que lo que una persona bajo la línea de pobreza puede gastar en alimentos, según el informe hecho por la FAO junto con el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa Mundial de Alimentos (WFP), y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Con información de Crónica Uno