Venezuela no tiene cómo hacerles pruebas rápidas (PDR) a todas las personas con sintomatología respiratoria. Esa es la conclusión a la que ha llegado el gremio médico luego de ver los retrasos que hay en los diagnósticos que se hacen en el país. De acuerdo a lo expresado por diversos especialistas una persona que presente los síntomas o que haya estado en contacto con algún caso positivo por coronavirus debe esperar en promedio unos siete o diez días para tener un resultado. Tiempo que demuestra el poco inventario con el que cuentan las autoridades sanitarias.
Aunque diariamente el Gobierno nacional asegura hacer cientos de miles de pruebas rápidas la realidad en las calles parece ser otra y es que, según han denunciado las personas por redes sociales y han confirmado dirigentes de salud a nivel nacional, ni siquiera en los centros centinelas hay PDR las 24 horas del día.
«Hay una subcifra que preocupa. Los retrasos en los diagnósticos son evidentes y esto preocupa», decía en días pasados el doctor José Félix Oletta, exministro de Salud en Venezuela y una de las voces más autorizadas para hablar sobre el coronavirus en Venezuela. «La sensación que se tiene es que no tenemos cómo dar respuesta a todos los pacientes. Hay personas que tienen que esperar durante semanas por un diagnóstico», dice.
La situación es un poco más compleja cuando el examen que se necesita es un confirmatorio (PCR) pues allí el retraso en los diagnósticos va de los 15 a los 20 días. «No tenemos una capacidad operativa para procesar pruebas. Estamos viviendo la pandemia en condiciones críticas», apunta.
La falta de pruebas para el diagnóstico de coronavirus se evidencia en el poco o nulo control al que son sometidos los trabajadores del sector salud. Aunque las cifras de organizaciones no gubernamentales señalan que, hasta el momento han muerto al menos 100 trabajadores sanitarios, el Gobierno se empeña en no instalar puesto de control en la red de hospitales. Prueba de ello es lo que pasa en el Hospital Central de Barquisimeto o el Hospital Central del Zulia en donde se han hospitalizado a médicos por sintomatología respiratoria y deben esperar por la realización de pruebas.
«Nosotros cómo Federación Médica no sabemos cuántas pruebas hay en el país. Esa es una información a la que no tenemos acceso», confesó el doctor Douglas León Natera, presidente de la Federación Médica Venezolana (FMV) al ser consultado por el diario LA PRENSA.
Lo que más preocupa con la escasez de pruebas es que, mientras el Gobierno nacional no tiene pruebas para atender a la población, en el mercado negro se están ofertando estos test. En Táchira, por ejemplo, detuvieron a seis personas por robarse mil 25 pruebas rápidas para coronavirus.
LA PRENSA del Táchira publicó el arresto de cinco hombres y una mujer que estaban comercializando estas pruebas. Las personas habían alertado sobre esta situación e hicieron un llamado a las autoridades que monitorearon la situación y dieron con los detenidos.
En la nota no se especifica cuánto costarían estas pruebas; sin embargo, médicos estiman que por estos test se puede pedir entre 50 y 75 dólares.
Esta no es la única detención que se ha hecho en el país por comercialización de PDR. En el estado Aragua también detuvieron a personas que recurrían a las redes sociales para ofertar un producto que, en teoría, sólo debería tener el Gobierno nacional.
Pruebas no son nada confiables
El Gobierno nacional sigue apostando por la realización de pruebas rápidas aún cuando estas no son del todo confiable. La comunidad científica a nivel nacional ha puesto en tela de juicio la veracidad de las PDR al considerar que tienen un margen de sensibilidad muy bajo; sin embargo, este es el método por el que siguen apostando las autoridades sanitarias.
José Félix Oletta, exministro de Salud en Venezuela, asegura que los números que se están manejando en el país son muy poco confiables, pues puede haber una cantidad de casos asintomáticos que dieron negativo a las PDR y no han sido diagnosticados por el Gobierno. «Eso es reflejo de la crisis», dice.
Casi no hay descartes en el país
Otra de las cosas que muestra la poca cantidad de pruebas para detectar coronavirus con las que cuenta el Gobierno nacional es la ausencia de jornadas masivas de descarte en las comunidades. Contrario a lo que hace en muchos países del mundo el Estado venezolano no sale a las localidades para hacer test masivos. De hecho, la gran mayoría de descartes que se han hecho por sectores obedece a un foco de alerta epidemiológica.
Pasó por ejemplo en El Tocuyo, municipio Morán, hace un par de semanas cuando, las autoridades sanitarias hicieron una serie de pruebas a la colectividad. Allí se hicieron exámenes porque hubo una serie de fiestas clandestinas que provocaron algunos contagios.
Mercabar es otro ejemplo. A los trabajadores del mayorista le hicieron pruebas rápidas por unos supuestos contagios, pero esta acción no se repitió en otros mercados como el de Las Catacumbas o el Terepaima.
Con información de La Prensa de Lara