La producción de petróleo de Venezuela continuó con su acelerado desplome en julio, de acuerdo a informaciones oficiales del gobierno de Nicolás Maduro reportadas a la OPEP y a fuentes secundarias del mercado mundial, en medio del colapso generalizado de la economía del que fuera el país más rico de América latina y hoy es uno de los más pobres. La pérdida de  ingresos suma unos $5.571 millones en el primer semestre, según se desprende de las cifras oficiales y del mercado.

El Reporte Mensual de Mercado (MOMR, por sus siglas en inglés) de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) recoge un descenso de 62.000 barriles por día (bpd) respecto a junio en la producción reportada por el gobierno de Venezuela a sus restantes 14 socios, para un volumen total oficial de 1,469 millones de bpd.

Si se compara con lo que producía Venezuela al cierre de 2017, se trata de una pérdida de 566.000 bpd, es decir 28% menos al cierre del mes.

Contra el cierre de 2016, el derrumbe reconocido por el gobierno en sus cifras oficiales es de 904.000 bpd, o un 38%.

El promedio de producción reconocida oficialmente por el gobierno al ser reportado a la Opep fue de 1.573.000 bpd en todo el primer semestre de 2018.

Esto significa un promedio de 462.000 bpd menos que el promedio de todo 2017.

Calculado al precio de $67 por barril que ha promediado la cesta  venezolana de exportación en el primer semestre, esa merma en la producción nacional supone que el país dejó de percibir en el primer semestre $5.573 millones, solamente en el primer semestre del año, si hubiera bombeado y exportado ese petróleo y si lo hubiera facturado en el mercado internacional.

Las fuentes secundarias, que son básicamente operadores, intermediarios y servicios especializados de información e inteligencia de mercado, reportan una caída menor puntual en julio, de 48.000 bpd también respecto a junio.

Según estas fuentes recogidas en el informe OPEP y a las que los socios suelen darle total credibilidad, la producción promedio de Venezuela fue de 1,460 millones de bpd en el semestre, lo que supone una reducción de 451.000 bpd con respecto al cierre de 2017.

Con el precio promedio reportado por el gobierno venezolano a través del ministerio de Petróleo de $67 por barril para el primer  semestre, esto significa que en 180 días el país dejó de percibir  $5.439 millones, una cifra no muy diferente de la que arroja el cálculo con los números oficiales.

Según analistas petroleros, la diferencia en las cifras de producción oficiales y las secundarias suele ser metodológica, pues el gobierno también considera la producción de condensados (hidrocarburos muy livianos que resultan de los procesos de extracción) y líquidos del gas natural en sus cuentas totales.

En julio pasado la producción total de Venezuela promedió 1,2 millones de bpd, lo que representa una reducción de 633.000 bpd con respecto a la producción total del cierre de 2017, según las mismas fuentes secundarias.

Comparado con el cierre de 2016, el desplome vertical es de 876.000 bpd. Esto es, un 40%, el más pronunciado y acelerado para un país petrolero en tiempos de paz.

Otro indicador clave del colapso de la industria petrolera venezolana es el número de taladros activos en los campos petroleros donde estas estructuras perforan pozos para mantener los niveles de producción y compensar la declinación natural de los yacimientos.

Al cierre de julio había solo 70 taladros operativos, contra 91 al cierre de 2017. Al cierre de 2016 eran 100 y en 2015 eran 110.

Este acelerado declive significa que será muy difícil para Pdvsa y sus socios remontar la cuesta y elevar la producción. De esta manera no ha podido aprovechar los altos precios mundiales del crudo que hubieran ayudado a Venezuela a enfrentar la aguda escasez de divisas que paraliza la economía en medio de una hiperinflación y una profunda depresión económica que ha pulverizado la mitad del tamaño del PIB (Producto Interno Bruto o suma total de riqueza) en tan solo cuatro años.

Según fuentes de la industria, las enormes deudas comerciales e Pdvsa con proveedores e bienes y servicios ha sido determinante en el colapso de sus campos petroleros.

El informe mensual reporta que en comparación con el año anterior, ha habido una mejora general en los precios del petróleo en 2018, afectado por los diferentes fundamentos del mercado a ambos lados del Atlántico.

Al mismo tiempo, los precios de los productos generalmente han seguido la trayectoria ascendente del petróleo crudo.

Desde finales de 2016, la Cesta de Referencia de la OPEP ha aumentado en casi un 70%, ganando $ 30 a promedio de $ 73.27 el barril en julio de 2018.

Durante el mismo período, el marcador Brent del Mar del Norte mejoró en un 60% para llegar a $ 75, mientras que el NYMEX WTI aumentó en un 55% para establecerse por encima $ 70, por primera vez desde finales de 2014, hasta llegar a $70.58.

“Los precios del petróleo aumentaron durante este período en medio la disminución de los inventarios de petróleo.  Además, una demanda global robusta y la creciente tensión geopolítica han apoyado el aumento del precio del crudo”, explica.

La oferta mundial de petróleo aumentó en julio en 680.000 bpd, respeto a  junio, hasta un promedio de 98,53 millones de bpd, la mayor parte de este incremento, /640.000 bpd) provino de países no socios de la OPEP, sino más bien parte de la OCDE, el club de países más ricos  y desarrollados del mundo.

La cuota de mercado que ha perdido Venezuela ha sido muy bien aprovechada por  otras naciones petroleras de dentro y fuera de la OPEP.

La Opep en su conjunto responde por un tercio del suministro del mercado mundial de petróleo.

Con Información de El Estimulo

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