La posibilidad de contrastar datos sobre la malaria en Venezuela es nula. Esta omisión del Ministerio de Salud se reflejó en los resultados que el pasado 4 de diciembre presentó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el Informe Anual de Malaria. Sin embargo, la Sociedad Venezolana de Salud Pública insiste en que en el caso venezolano la situación es peor, pues desde 2017 la mitad de la transmisión en América se registró en el territorio nacional.
En total, en el año 2018 el gobierno reportó 788.077 casos de malaria de los poco más de 1.400.000 que sumó el continente. En Venezuela el volumen de transmisión abarca las recaídas, recrudescencias, además de los casos no notificados, ni diagnosticados. Todo esto debido a las deficiencias del sistema de salud.
De acuerdo con el registro que ante la falta de estadística oficial levanta Sociedad Venezolana de Salud Pública, el aumento de casos malaria en Venezuela es un problema extendido a las 24 entidades federales. La falta de vigilancia de la epidemia afecta, sobre todo, a mujeres embarazadas y a niños menores de 10 años.
«Esto deja en alto grado de susceptibilidad a dos de los segmentos más vulnerables de la población. También representa riesgos potenciales en términos de salud materno-infantil y un gasto adicional para el Estado que se pudo ahorrar con una adecuada y oportuna prevención», explicó José Félix Oletta, integrante de la Red Defendamos la Epidemiología.
A nivel de África
Oletta precisó que 11% de la incidencia de malaria en el país se reportó en niños que no superan los 10 años edad. Con estas cifras Venezuela ascendió al puesto número 39 entre los países con mayor número de casos de malaria en todo el mundo. También es el de mayor letalidad, debido a que concentra tres cuartas partes de las muertes asociadas a la enfermedad en el continente.
El retroceso en cuanto a medición, vigilancia, estudio y prevención que presenta Venezuela lo ubica a niveles solo comparables con países de África. En ese continente la enfermedad tiene gran impacto que se agrava por las condiciones sanitarias, de acceso a servicios de salud y alimentos.
Alerta regional
La tendencia al aumento de casos de malaria en Venezuela ha sido sostenida desde el año 2000. No obstante, con la masiva emigración, que según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) asciende a más de 4 millones de personas desde 2016, la alarma se volvió regional.
La malaria es una enfermedad ocasionada por el parásito Plasmodium, que es transmitida por la picadura de un mosquito infectado. Para su prevención aún no se conoce vacuna. El control abarca la fumigación focalizada en zonas afectadas, para lo que se hace imprescindible la información epidemiológica, y la entrega de mosquitos antimaláricos.
Con información de El Pitazo