La Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional (AN) informó que la economía venezolana se contrajo 92,4% desde la llegada de Nicolás Maduro en 2013, por lo que el país registra el mayor colapso económico en la historia.

El diputado Ángel Alvarado, miembro de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional (AN), afirma que la economía venezolana se contrajo 92,4% desde la llegada de Nicolás Maduro en 2013, por lo que el país registra el mayor colapso económico en la historia, superando a Liberia cuyo PIB cayó 91,7% durante 25 años de guerra civil.

«Venezuela está experimentando desde hace 7 años un colapso económico. Se sembró sobre todo en 2007 y se comenzó a manifestar en 2013. En este momento estamos viendo una profunda implosión de la economía», dijo a periodistas el parlamentario en una rueda de prensa realizada la mañana de este lunes 9 de noviembre. «Venezuela ha perdido más de 92% de su actividad económica desde 2013, hemos superado los mayores colapsos registrados de la historia, superior a Liberia que perdió 92% de su PIB en 25 años. Venezuela lo ha hecho en menos tiempo, sin guerra civil ni ningún conflicto, sino producto del modelo económico socialista del siglo XXI. Esto ha vulnerado derechos económicos, sociales y culturales».

Indicó que en el tercer trimestre de 2020 la economía venezolana perdió 50,44% de su tamaño respecto al mismo período de 2019, debido, fundamentalmente, a la crisis petrolera, que se agudizó a partir de la segunda mitad del año por las sanciones de EEUU y el cese de las relaciones comerciales y operativas de Rosneft con Pdvsa. Estos factores llevaron a la producción petrolera nacional a niveles de 1930, cuando en el país había alrededor de tres millones de habitantes y menos necesidades que satisfacer en comparación con 2020.

Alvarado afirmó que la crisis del sector petrolera afecta actividades no relacionadas con el crudo. Esto se ve más claramente en el caso del combustible, cuya severa escasez ha tenido efectos perniciosos sobre sectores como la agricultura, la ganadería, la industria y el comercio, y en la falta de gas licuado, utilizado como combustible para montacargas, indispensables para movilizar productos y materias primas hasta los camiones y unidades de transporte, y así poder despachar la mercancía y abastecer el mercado.

La industria nacional se ha seguido reduciendo por la falta de créditos bancarios, la caída del consumo y la crisis de los servicios básicos. Esto se traduce en una menor oferta de bienes y servicios en el mercado interno y en un incremento de la tasa de desempleo. Las zonas comerciales se continúan pintando de gris por el cierre de santamarías y otros comercios están en riesgo de cerrar pues tampoco han recibido asistencia ni de entes privados ni públicos. Todo lo contrario, el Estado le ha incrementado a las empresas la carga tributaria con nuevos impuestos y ajustes de alícuotas.

Consecomercio reportó que los sectores no priorizados, que son todas aquellas empresas que no trabajan con alimentos, medicinas ni prestan servicios esenciales, trabajaron 30 días durante los primeros seis meses de cuarentena.

El desconocimiento de más de 50 países al gobierno de Nicolás Maduro le ha cerrado a Venezuela los mercados internacionales y de posibles fuentes de financiamiento.

Alvarado sostiene que las medidas que ha tomado el Ejecutivo, entre ellas la aprobación por parte de la ilegítima asamblea constituyente y la convocatoria a unas elecciones parlamentarias para el 6 de diciembre, no solventan de ninguna manera «el profundo colapso que vive la economía venezolana».

El parlamentario aseveró: «La inacción e incapacidad de Maduro para instrumentar una política fiscal que apruebe liquidez a empresas y hogares hace que Venezuela enfrenta la pandemia sin ningún tipo de ayuda. Más de 12 trillones de dólares se han gasto en el mundo, incluso en países cercanos como Colombia, Perú y Chile, para estimular la economía y enfrentar este shock global que es la covid-19».

Señaló que la pandemia y la crisis petrolera frenaron la leve recuperación que se estaba registrando a finales de 2019 debido a la flexibilización cambiaria y de precios.

Por otro lado, Alvarado informó que la inflación en el mes de octubre se ubicó en 23,8%, lo que llevó la tasa acumulada desde enero a 1.798% y la interanual -los últimos 12 meses- a 3.332%.

«La liquidez monetaria, que es la cantidad de dinero que imprimió el BCV para seguir financiando al Ejecutivo, aumentó 23%, y el tipo de cambio oficial se devaluó 25%, lo que evidencia claramente la correlación que existe entre estas variables. El aumento de precios está directamente relacionado con la emisión de dinero para financiar desde el BCV al Ejecutivo».

El continuado aumento de los precios llevó al salario mínimo y a la pensión, ambos ingresos de 400.000 bolívares, a un mínimo histórico inferior a un dólar mensual, y que además representan solo 0,72% de la canasta alimentaria calculada por la instancia parlamentaria para una familia de cinco personas, la cual se ubicó en octubre en 111,30 millones de bolívares.

Aseguró que Venezuela cerrará el año en hiperinflación, incluso con una posible aceleración en noviembre y diciembre, y prevé que se extienda al menos durante todo el primer semestre de 2021. Alvarado dice que no se ve ninguna muestra por parte del Banco Central de cesar el financiamiento al gobierno de Nicolás Maduro.

Con información de Tal Cual

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