Venezuela acumula el mayor número de casos de malaria en el mundo: medio millón por año, según la Organización Mundial de la Salud. La propagación de la enfermedad en los estados Bolívar, Amazonas, Anzoátegui, Sucre, Monagas y Delta Amacuro se extiende también hacia las zonas limítrofes con Brasil y Colombia, donde han llegado miles de venezolanos en busca de refugio.

“El caso de Venezuela nos preocupa. La epidemia está creciendo de una manera muy preocupante a causa de la drástica reducción de las campañas antipalúdicas que se llevan a cabo en el país”, afirmó ayer en rueda de prensa, Pedro Alonso, director del Programa contra la Malaria de la OMS, cuyo informe correspondiente a 2017 ubicaba a Venezuela con el mayor reporte de todo el continente.

El representante del organismo internacional recordó la primera campaña de salud que en el año 1962 logró erradicar la enfermedad en amplias zonas del país a través del uso del DDT. El esquema de control, implementado por el médico investigador Arnoldo Gabaldón, convirtió a Venezuela en el primer país que pudo erradicar el paludismo. “Ahora tenemos incrementos masivos que probablemente lleguen a medio millón de casos por año. Es el mayor incremento registrado en el mundo”, denunció.

La enfermedad, que reapareció a mediados del año 2012 con un registro de 52.803 casos según cifras de la Red Defendamos la Epidemiología, tuvo un repunte en los últimos 3 años. Oficialmente, en 2016, se reportaron 245.000 casos y una muerte, mientras que la OMS calculó que en realidad el número de contagios ascendió, al menos, a 300.000 y el de decesos a 280. Para 2017, la OMS calculó que se dieron aproximadamente 406.000 casos, una cifra muy difícil de verificar debido a la opacidad informativa del sistema de salud.

Alonso sostuvo que la OMS y la OPS trabajan con el gobierno para aliviar la crisis humanitaria que vulnera la salud de los venezolanos. Desde hace algunos años a través de su fondo rotatorio la OPS ofrece al país medicamentos antipalúdicos y tratamientos preventivos como mosquiteras impregnadas de insecticida.

Advirtió que el riesgo no solo recae en la población venezolana que reside en el país, sino también en quienes se van de Venezuela para buscar mejores condiciones de vida. “Estamos viendo casos de malaria entre la población de refugiados venezolanos que llegan a Brasil, Colombia y Ecuador y otros lugares”, indicó.

Apeló a los países vecinos a asegurar un tratamiento adecuado y accesible para cualquier persona que se dirija a un centro médico, sin importar su condición económica. “No hay nada más peligroso que pacientes con acceso limitado a causa de su estatus financiero o legal”.

Aunque la situación de Venezuela es crítica en comparación con otras naciones de América Latina donde también se registra un notable incremento de los casos, Alonso aseguró que la enfermedad está controlada en la mayoría de los países. Se refirió a nuevos casos en Colombia, reportados en las zonas abandonadas por guerrilleros desmovilizados donde no existían controles epidemiológicos.

Propagación mortal. Rafael Orihuela, ex ministro de Sanidad, indicó que la posición de la OMS es un “reconocimiento tardío de la grave situación endémica que enfrenta el país. Hemos estado alertando desde hace años que esto sucedería”. Afirmó que en las últimas semanas se registraron otros casos en los Valles del Tuy, Charallave y la zona costera de Barlovento. La epidemia, que se concentró en el estado Bolívar con una data de 206.240 casos hasta octubre de 2017, proliferó también en los estados Sucre, Monagas y Anzoátegui. “Venezuela tiene en este momento el mismo mapa endémico del año 1942. Retrocedimos 60 años en el tiempo”, dijo.

La práctica de la minería ilegal y la movilización de la población en el estado Bolívar propiciaron una acelerada propagación de la enfermedad. Solo en el Arco Minero conviven más de 200.000 personas de distintas nacionalidades que se dedican a la extracción de metales preciosos. “Podríamos superar los 600.000 casos en las próximas semanas. Es una situación grave”. Instó al gobierno a reforzar programa de control de la malaria a través de la compra y vigilancia de los medicamentos antipalúdicos.

Publicado por El Nacional
25/04/2018

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