El megapagón que ocurrió hace un mes afectó a casi todo el país durante cinco días paralizando sus actividades, y aunque el 12 de marzo el Gobierno anunció que la electricidad estaba restituida casi en su totalidad tras «ataques» al sistema eléctrico, el día 25 la nación petrolera volvió a sufrir los masivos apagones.

Actualmente, 20 de los 23 estados del país, en los que no está incluida la capital venezolana, se quedan seis días a la semana sin luz al menos cuatro horas, en diferentes horarios, debido a que las autoridades aplican un racionamiento eléctrico que, según anunció hace una semana el gobernante Nicolás Maduro, durará 30 días.

Por los fallos del servicio eléctrico se vieron afectadas las comunicaciones, el transporte, los comercios y el suministro de agua, que poco a poco se ha ido regularizando pero que aún presenta problemas en varias regiones del país.

Los comercios, por su parte, intentan continuar con sus labores, pero se ven perjudicados por el racionamiento.

La presidenta del Consejo Nacional de los Comercios y Servicios (Consecomercio), María Carolina Uzcátegui, dijo que aunque en el interior del país los comerciantes tienen una «mayor capacidad de adaptación» al plan de racionamiento porque llevan años enfrentando cortes no anunciados, esto no les hace menos compleja la labor.

Uzcátegui aseguró que allí de «los más de 520 comercios que fueron afectados, el 40 o 45 % de ellos, más de 200 comercios, aseguran no tener la capacidad de volver a abrir y estamos hablando de la pérdida de más de dos mil empleos».

La representante de los comerciantes indicó que calcula que las pérdidas para el país superan los mil 200 millones de dólares por los apagones ocurridos desde hace un mes.

Por su parte, el presidente de la principal patronal, Fedecámaras, Carlos Larrazábal, dijo a EFE que hasta el momento no tiene una estimación exacta sobre las pérdidas que dejaron todos los fallos del servicio eléctrico ocurridos en la primera y última semana de marzo.

Sin embargo, destacó que por el masivo apagón del día 7 se estima que hubo pérdidas diarias de 200 millones de dólares.

Aseguró, en ese sentido, que las pérdidas por los apagones que se registraron en la última semana de marzo son «más difíciles» de calcular debido a la intermitencia del servicio.

Además, alertó que el racionamiento eléctrico que aplica el Gobierno está afectando aún más la producción y con ello el abastecimiento de los alimentos, que se ha visto perjudicado desde hace unos cinco años por la severa crisis económica que vive el país.

Precisamente esta semana la Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga) se declaró en emergencia debido a que las fallas en el servicio eléctrico «siguen produciendo graves daños» a su operatividad.

Los ganaderos aseguran que se ha minimizado la producción y la oferta de alimentos tras los apagones.

Según el gobierno de Maduro, los apagones ocurrieron porque el sistema eléctrico del país fue «atacado» por Estados Unidos y la oposición de forma «cibernética» y con un fusil de larga distancia.

La oposición, por su parte, señala que la falta de mantenimiento y la corrupción de Estado fue lo que provocó los fallos eléctricos.

Con información de La Verdad

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