El nuevo coronavirus 2019-nCoV ha alcanzado a miles de personas y ya fue declarado por la Organización Mundial de Salud (OMS) como una emergencia internacional. ¿Está Venezuela preparada para enfrentar el coronavirus surgido en Wuhan? Según especialistas, su llegada supondría un reto y requeriría una inversión especial en medio de un sistema de salud colapsado, que se comprometería aún más ante otra epidemia.
Este 30 de enero, el director general de OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, explicó que una de las razones para declarar emergencia internacional fue el temor a que el coronavirus se extienda a países menos desarrollados y con sistemas sanitarios débiles e insuficientes para detener la propagación de casos.
José Félix Oletta, médico internista y exministro de Salud, destaca que Venezuela es uno de esos países vulnerables. Señala que la crisis del sistema de salud reduce las probabilidades de brindar asistencia adecuada a una persona que se sospeche o que tenga el virus y, al tratarse de una nueva cepa, ninguna persona tiene inmunidad.
“Si no hay agua ni detergente, cloro o antiséptico, ¿cómo lavas los pisos?, ¿cómo garantizas esterilidad de los espacios y cómo garantizas mediante procedimientos de asepsia y antisepsia de equipos e insumos reusables indispensables para pacientes críticos?”, explica Oletta en entrevista con Efecto Cocuyo. Añade que las condiciones de los centros de atención también pudieran provocar que los pacientes contraigan otras infecciones intrahospitalarias.
Julio Castro, médico infectólogo e integrante de la organización no gubernamental Médicos por la Salud, destaca que, si el virus continúa propagándose al ritmo que va, es cuestión de tiempo que pueda llegar algún paciente con el nuevo coronavirus al país, cuyas condiciones sanitarias actuales representarían un riesgo.
“La medida más importante de prevención de transmisión, la más importante de todas, es lavarse las manos. Y si no tenemos agua ni jabón en los hospitales, ¿cómo vamos a prevenir la transmisión de un paciente que venga con posible coronavirus a un hospital venezolano para que no se lo transmita a los médicos u otros pacientes?”, indicó este 30 de enero tras la presentación del boletín de 2019 de la Encuesta Nacional de Hospitales.
La Federación Médica de Venezuela (FMV) también se pronunció. En un comunicado difundido este 27 de enero, aseguró que el nuevo coronavirus representaría una amenaza adicional a la “catástrofe humanitaria” que enfrenta el país.
El texto, firmado por la junta directiva de la FMV, señala que los efectos del coronavirus pueden ser “devastadores” en poblaciones susceptibles por inmunosupresión. La ausencia de una infraestructura de salud adecuada y el difícil acceso de los venezolanos a antibióticos de nueva generación dificultarían el tratamiento en el país.
“De entrar esta patología al país, los médicos venezolanos una vez más se dispondrán a enfrentar una (otra) crisis epidemiológica con éste nuevo virus, sin disponer de los insumos médicos para atender a los pacientes ni a nosotros mismos, por no disponer de los mecanismo de protección adecuados ni de las alarmas epidemiológicas que al menos nos permitan estar atentos ante cualquier caso potencialmente transmisor del virus”, señala el comunicado.
La Sociedad Venezolana de Infectología (SVI) también alertó en un comunicado que la actual situación sanitaria del país pone a la población venezolana en una posición “particularmente vulnerable”, con la reducida operatividad de las emergencias de los hospitales como un elemento clave.
En el texto publicado el 25 de enero, la SVI explica que la atención precoz a las personas con síntomas respiratorios y antecedentes de viaje a China, socio comercial de Venezuela, es “el recurso más importante”.
“En este momento debería haber una estrategia de identificación en los aeropuertos y puertos de personas simplemente preguntando si tienen síntomas respiratorios y dónde estuvo en los último 15 días. Si responde que tiene síntomas y estuvo en China, ese paciente debe ser susceptible a una pesquisa”, agrega Castro por su parte.
Aún no se puede diagnosticar en el país
La principal preocupación sobre el nuevo coronavirus en las calles venezolanas es cómo enfrentar una posible epidemia en el país. ¿Pero es posible confirmar la llegada de un caso al territorio?
Según un comunicado oficial del Ministerio de Salud, con fecha del 24 de enero, el sistema de Vigilancia Epidemiológica y de laboratorio de Venezuela puede hacer seguimiento a 14 eventos o enfermedades respiratorias virales y puede detectar virus respiratorios tipo No Influenza, “entre ellos los coronavirus en humanos”.
El texto señala que el Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel (Inhrr), en Caracas, es el único centro “con capacidad instalada” para el diagnóstico de virus respiratorios en Venezuela. El Ministerio afirma que también existe capacidad para realizar la logística en todos los estados para tomar las muestras y trasladarlas hasta la capital venezolana.
Aunque en Venezuela existen equipos para estudiar la estructura genética de los virus a través de lo que se conoce como reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en tiempo real, para obtener un diagnóstico se necesitan unos kits específicos (primers o iniciadores) que aún no llegan al país y asegura que arribarán a través de convenios, expone Oletta.
Gerardo De Cosio, representante interino de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Venezuela, aseguró el 29 de enero en una entrevista concedida a Carlos Alvarado, ministro de Salud del gobierno de Nicolás Maduro, en Radio Nacional de Venezuela, que en “aproximadamente” 30 días se distribuirían “los reactivos” para el diagnóstico.
Mientras no lleguen los kits, José Félix Oletta afirma no es posible confirmar la presencia del coronavirus en Venezuela. Para poder diagnosticar algún caso habría que enviar las muestras a Atlanta, Estados Unidos, a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), o algún otro centro internacional.
“Mientras se mandan, pueden pasar 48 o 72 horas, y se tendría respuesta luego de las 96 horas”, señala.
Oletta recuerda la pandemia de A H1N1 en 2009, cuando la confirmación se tardó casi tres meses, pues había evidencia de entrada de casos a Venezuela en mayo y finalmente fue en julio cuando se reconoció la existencia de casos. Destacó que incluso en la actualidad se desconoce la magnitud de esa pandemia en Venezuela y sus brotes posteriores.
Así, asegura que el conocimiento de casos del nuevo coronavirus 2019-nCoV, que aún no tiene vacuna ni tratamiento específico, va a depender de la conducta gubernamental sobre “extender o no la censura epidemiológica” ante momentos críticos.
“Quien tiene que pronunciarse es la autoridad de salud. Si la autoridad se retrasa y no da información completa, continua y actualizada, las cosas no marchan bien”, agrega el internista.
Jaime Torres, médico infectólogo y jefe de Infectología del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela (IMT-UCV), destaca que los síntomas del coronavirus son similares a los de neumonías virales comunes en el país, por lo cual Venezuela debería contar con un plan de contingencia y diagnóstico ante la llegada de virus como el detectado en Wuhan. Sin embargo, afirma que aún no se dispone de un protocolo local de respuesta que haya sido difundido masivamente.
“No hay información sobre la preparación. Es importante que se sepa la disponibilidad de las pruebas diagnósticas. Cuando sea así, debe publicitarse a dónde deben enviarse las muestras y cuáles son esas pruebas existentes”, indica Torres.
Medidas: atención e inversión
José Félix Oletta, exministro de salud, resalta que las personas con cuadros respiratorios por el nuevo coronavirus requerirán atención en unidades de cuidados intensivos. Deberán estar en aislamiento para proteger al resto de los pacientes, pero alerta la operatividad de las áreas de terapia intensiva se ha reducido por las carencias en los hospitales.
El médico internista afirma que las autoridades tendrán que invertir de manera extraordinaria para canalizar pacientes y dotar de insumos indispensables como tapabocas, guantes, batas, lentes o visores que permitan aislamiento adecuado a los trabajadores de la salud y para las áreas que estarán en contacto directo con los pacientes.
Mientras no sea posible diagnosticar en el país, si un médico sospecha de un caso puede tomar muestras de hisopados de secreciones y guardarlas, añade Oletta: “Deben hacerlo con técnicas adecuadas y conservarlas bajo condiciones estrictas de asepsia y antisepsia para que puedan ser procesadas posteriormente. También muestras de tejidos en casos de ser necesario, y mantenerlas bajo condiciones de refrigeración”.
Como el coronavirus 2019-nCoV aún está en estudio y existen otros coronavirus capaces de transmitirse por heces, Oletta expresa que no hay que descartar el aislamiento entérico como medida de control para evitar posible contagio por vómitos y evacuaciones.
La transparencia y el manejo de información precisa y oportuna es una de las medidas recomendadas por Oletta para mantener a la población “alerta” y no “alarmada” por la incertidumbre y el temor. La publicación y actualización constante de boletines epidemiológicos, que no sucede en Venezuela de 2016, y la divulgación de información continua para todo público son claves para el abordaje del coronavirus.
“Hay que divulgar las normas para hacer la vigilancia epidemiológica, las conductas para tomas de muestra y el transporte y la definición de casos desde el punto de vista epidemiológico. Las muestras deben enviarse al Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel, que debe dar información periódica”, dice.
Asimismo, la Federación Médica de Venezuela llama a las autoridades a extremar las medidas sanitarias preventivas y de promoción de salud adecuadas para el pueblo venezolano.
Con información de Efecto Cocuyo