Un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que había pasado bajo la mesa, revela que Venezuela es el país americano con menos avances en la lucha contra la malaria o paludismo, una enfermedad ya endémica que amenaza a 14 millones de habitantes, la mitad de la población.
Venezuela sigue siendo el país americano con mayor incidencia de malaria o paludismo, y marcha a contracorriente del resto del mundo en los esfuerzos por acorralar esta enfermedad infecciosa potencialmente mortal y con enormes costos para la sociedad.
Según el más reciente informe de la Organización Mundial de la Salud “Reporte Mundial de Malaria”, Venezuela es uno de los pocos países del mundo donde la epidemia de esta enfermedad se mantiene firme y sin señales de reducción por causas atribuibles a políticas públicas.
En la llamada “Región de las Américas” en la clasificación de la OMS, los casos totales sumados se redujeron en un 58% (al caer desde 1.5 millones a 650.000) y la incidencia de casos en un 67% (de 14 a 5 por cada mil habitantes) entre los años 2000 y el 2020.
“El progreso de la región en los últimos años se ha visto afectado por el importante aumento de la malaria en Venezuela, la cual tuvo cerca de 35. 500 casos en el 2000, llegando a más de 467.000 casos en 2019”.
La OMS difundió este informe en diciembre pasado, con resultados mundiales de un año antes. Pero los datos pasaron desapercibidos en Venezuela, un país donde hay poca comunicación entre regiones y donde las autoridades sanitarias a cargo del gobierno no suelen abordar estos temas.
El régimen chavista suele ocultar los datos de enfermedades endémicas y epidémicas, así como las causas de muertes por enfermedades tratables, porque su aumento es mala prensa e ilustra el fracaso de la llamada revolución bolivariana.
Problema de salud pública
No obstante, en 2020 en Venezuela los casos se redujeron en más de la mitad en comparación con 2019, hasta 232.000.
Pero esto se debió «a las restricciones de movimiento durante la pandemia de COVID-19 y a la escasez de combustible, lo que afectó a la industria minera, que es el principal contribuyente al aumento reciente de malaria en el país”, explica el documento.
Las restricciones de movimiento también pudieron haber afectado el acceso a la atención y, por lo tanto, la detección de casos, agrega.
En América, Venezuela, Brasil y Colombia responden por el 77% de todos los casos en la región.
Dentro de ese 77% está Venezuela con 35%, el ocho veces más poblado Brasil tiene 26% de todos los casos y Colombia, con casi el doble de la población y una geografía similar a la venezolana reportó el 16%.
En total, la región registró 602.476 casos, con 108 muertes, lo que supuso un descenso en estos indicadores de 11% y 43% comparado con el año 2010.
Las tres cuartas partes de los casos se debieron al parásito P Vivax, transmisor de la forma más leve de la malaria.
Un enemigo de cuidado
La literatura médica explica que el paludismo o malaria es una enfermedad febril aguda provocada por parásitos del género Plasmodium que se propaga a las personas a través de la picadura de mosquitos del género Anopheles hembra infectados.
«Hay cinco especies de parásitos causantes del paludismo en el ser humano, siendo dos de ellas –P. falciparum y P. vivax– las más peligrosas. P. falciparum es el parásito del paludismo más letal y el más prevalente en el continente africano. P. vivax es el parásito dominante en la mayoría de países fuera del África subsahariana», explica la OMS.
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Con información de Crónica Uno