A los comerciantes se les dificulta cada día vestir y calzar a los venezolanos afectados por la caída del poder adquisitivo y la hiperinflación. Los gremios de estos sectores piden al gobierno aplicar las medidas necesarias para aumentar la producción. Las ofertas en las zapaterías y tiendas de vestir prácticamente desaparecieron, los altos precios y la baja calidad de los bienes es lo que se observa en las vitrinas de aquellos comercios que luchan por mantener el negocio.

Como muchos sectores económicos, el textil y del calzado están siendo impactados por la caída del poder adquisitivo y la hiperinflación, pero también por una menor disponibilidad de insumos y materias primas, baja entrega de divisas a tasa oficial y la emigración de sus trabajadores. Las consecuencias de las dificultades para reponer inventario ha llevado al cierre de tiendas y al aumento de los precios.

De acuerdo con cálculos de la firma Ecoanalítica, la tasa anualizada de la inflación en el sector del vestido y calzado alcanzó 1.000% hasta el mes de marzo de este año. Mientras que las ventas bajaron 66% en promedio durante 2017, colocándose como el segundo rubro con mayores caídas después del de electrodomésticos, que tuvo una reducción de 75%.

En centros comerciales, pero también en zonas tradicionales de venta de calzado y vestido como en el centro de Caracas y en la avenida Santiago Mariño en la isla de Margarita, se observa la poca actividad comercial ante el cierre de tiendas.

El consumo de calzados per cápita en Venezuela era en 2014 de 2,7 pares de zapatos, pero hoy es de 0,4 pares de zapatos por persona. Además de la descapitalización, el consumidor tampoco puede adquirir el calzado por la caída de sus ingresos. Desde 2014 hasta este año la caída de las ventas ha sido importante. De un consumo de 60 millones de pares de zapatos pasó a 15 millones, una disminución de 75%.

La situación del sector textil no es distinta a la del calzado, ya que en la actualidad las fábricas operan a 10% de su capacidad instalada. Los requerimientos de estas empresas oscilan entre 70 y 80 millones de dólares para incrementar la producción, lo que luce inviable tras la “sequía de divisas” en el país.

El comercio al detal ha experimentado cambios en medio de un escenario en el cual la población destina 70% de sus ingresos a la compra de alimentos. De acuerdo a datos aportados por la Cámara Venezolana de la Industria del Vestido, las ventas de los comercios han caído entre 50% y 75% en comparación a hace dos años.

Con información de Tal Cual

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