Sería exagerado decir que la Colonia Tovar parece un pueblo fantasma, pues a pesar de la baja cantidad de turistas todavía se pueden ver algunos caminando por sus calles. Pero en el mes y medio que ya ha transcurrido de época vacacional las visitas disminuyeron a la mitad, cuentan sus habitantes. “No hay nadie, no parece la Colonia Tovar”, dijo María Gutiérrez, quien atiende en el puesto de información turística.

Ronald Gutman, presidente de la Cámara de Comercio y Turismo de la Colonia Tovar, no brinda un paisaje más alentador: “Las vacaciones inician entre la última semana de junio y la primera de julio, pero este año no han comenzado como solía pasar antes. Entendemos que la situación del país es muy fuerte, y sacamos nuestras conclusiones de que la prioridad de una familia es la alimentación”.

Aunque no existen datos oficiales sobre turismo en Venezuela, la cámara presidida por Gutman ha realizado algunos estudios. “Dentro de nuestros afiliados y sondeos que hemos hecho sobre las ocupaciones de hoteles y posadas, calculamos que ha habido una contracción del turismo entre 45% y 50% con respecto al año pasado. Es sumamente preocupante porque esta es una comunidad que sobrevive con la agricultura y la actividad turística”.

En las tiendas y puestos de venta de frutas, hortalizas y productos típicos de la Colonia los comerciantes coinciden. “Las visitas bajaron entre 50% y 60%. Todo está solo. A estas alturas del año estaba full de planes vacacionales. Venían hasta tres por día, pero esta semana solo vino uno el martes”, dijo Ireira Mora, vendedora de duraznos en conserva y galletas. En el restaurante Rumbach las mesas estaban desocupadas a la hora del almuerzo. Edner Jiménez, capitán mesonero del local, aseguró que el turismo ha disminuido entre 40% y 50%. “Imagino que es por el poder adquisitivo, la dificultad de acercarse por la inseguridad y el incremento de la comida”.

Pocas ventas. La baja afluencia de turistas influye en las ventas de los agricultores y comerciantes de la zona, quienes aseguraron que su trabajo no les alcanza para subsistir. La situación empeora, pues los visitantes buscan ahorrar en lo que puedan. “La mayoría se trae comida para no gastar aquí”, dijo María Gutiérrez.

Maryori González, dueña de una tienda de bisutería y recuerdos, afirmó que sus ventas han caído a la mitad. “Esto está cada vez peor”, exclamó. En la tienda de embutidos y fiambres de Agustina López la situación es similar: “Tengo que comprar de semana en semana lo que se va a ofrecer porque de otro modo no se vende. Las ventas bajaron dramáticamente”. Agregó que le cuesta conseguir mercancía porque la producción de salchichas es baja.

Los productores tampoco se enfrentan a un panorama más optimista. “Todos los días me levanto diciendo: ‘Gracias, mi Dios, por haberme permitido tener lo que tengo y haberlo logrado cuando lo hice’. Ahorita es imposible. Aquí trabajas para mantener lo que ya tienes”, dijo un agricultor de duraznos que prefirió el anonimato. “Es difícil conseguir semillas, fertilizantes y venenos. Cuando hay es con sobreprecio”.

Antes, para visitar la Colonia Tovar en temporada alta había que estar en una cacería constante por el alojamiento. Según Gutman, que además es dueño del hotel Selva Negra, los hospedajes no copan las habitaciones ni los sábados, el día de mayores reservas. “En el hotel los fines de semana tenemos una ocupación de 70%, a pesar de ser época vacacional. Entre semana es 15%, cuando en años anteriores solía ser de 40% y 50%”.

FUENTE: EL NACIONAL

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