Especialistas consultados señalan que la presión hacia la administración de Nicolás Maduro genera costos que “pudieran ser perfectamente contabilizados como una pérdida”.

Las tensiones que atraviesan Colombia y Venezuela, y que se agudizaron la semana pasada luego del intercambio de acusaciones entre funcionarios de ambos países, continuarán en ascenso, según coinciden expertos consultados por la Voz de América.

La internacionalista Giovanna De Michele parte de la premisa de que podría implementarse una “estrategia triangular” que incluya a Estados Unidos, Colombia y Venezuela con el propósito de seguir manteniendo un “nivel alto de presión hacia la administración de Nicolás Maduro, que fuerce la necesidad de una negociación o un diálogo”.

“Estados Unidos con la estrategia de suavizar la relación con Venezuela, buscando la posibilidad del diálogo. Colombia con la estrategia de seguir arremetiendo en contra la administración de Nicolás Maduro, hacerle sumamente costoso su permanencia en el poder y seguir evidenciando a nivel regional y extracontinental que la administración de Maduro representa una grave amenaza para la estabilidad y para la paz de todo el continente”, estima De Michele.

Consultada por la Voz de América sobre la reacción de Maduro respecto al Estatus de Protección Temporal que Colombia otorgó a venezolanos y que calificó de «payasearía» para “lavarle la cara” al mandatario Iván Duque, la analista considera que es consecuencia del reconocimiento que hay sobre una situación migratoria de gravedad.

“Que el Estado colombiano tenga que diseñar y aplicar políticas públicas para resolver el problema de los venezolanos en su territorio es la ratificación del fracaso del gobierno de Nicolás Maduro de resolver el problema de sus gobernados”, dijo la experta.

“Perdemos todos”
Sobre quiénes resultan más impactados por el conflicto, la internacionalista subraya que “todos pierden y todos ganan”, argumentando que la presión hacia la administración de Maduro genera costos que “pudieran ser perfectamente contabilizados como una pérdida”.

“Al mismo tiempo, esa tensión le genera la supresión de la posibilidad de ciertos negocios a comerciantes, sobre todo comerciantes colombianos que tenían un amplio mercado entre los venezolanos y esto redunda también en perdidas para la economía colombiana. Perdemos los ciudadanos, los que estamos en el medio, que por cualquier circunstancia necesitamos de una relación absolutamente transparente entre los dos Estados”, explica De Michele.

El abogado y profesor universitario, Cipriano Heredia, agrega que “perdemos todos”, en el sentido de que ciudadanos de ambas nacionalidades se ven afectados por la dinámica.

Con información de Voz de América

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