Los zulianos iniciaron la tercera semana de cuarentena caminando. La llegada de la pandemia del COVID-19 a Venezuela provocó que el Gobierno decretara desde el pasado 16 de marzo la cuarentena social. Los zulianos caminan entre ocho y diez kilómetros para poder llegar a sus trabajos y para comprar alimentos debido a la falta de transporte público, que redujo la circulación debido al aislamiento social y a la falta de gasolina.
Aunque cumplir con el confinamiento es obligatorio y la recomendación es quedarse en casa, hay quienes deben salir de sus hogares para buscar alimento o trabajar.
“Estoy aquí desde las cinco de la mañana, esperando que los buses de la alcaldía pasen, pero quieren cobrar 100.000 bolívares de pasaje y eso es impagable. Yo me voy caminando”, soltó Verónica, una vendedora de café del centro de Maracaibo, mientras iniciaba su caminata. La mujer de rasgos indígenas explicó que no puede darse “el lujo” de quedarse en casa sin trabajar, pues de ella dependen sus tres hijos.
La situación es más dramática para quienes viven en los barrios. Jesús Urdaneta, un joven de 24 años de edad, comenzó su caminata desde el barrio San Sebastián, ubicado en la parroquia San Isidro, que colinda con el municipio Jesús Enrique Lossada. Iba al centro.
En un recorrido de Cronica.Uno por las principales avenidas de la ciudad se apreciaron largas colas de ciudadanos en las diferentes paradas de autobuses a la espera de transporte. Mientras que en el centro de Maracaibo y la avenida La Limpia muchos seguían trabajando, sobre todo, el comercio informal: vendedores de café, de ropa usada, de cigarrillos y de comida es lo que ha prevalecido durante la pandemia, que para muchos no es suficiente para quedarse en casa.
“Yo prefiero venirme a pie, porque si me pongo a esperar el bus me dan las 12:00 del día y solo podemos trabajar hasta las 2:00 de la tarde. Todo esto es un sacrificio que nadie se imagina. Yo si no trabajo, no como. Hace dos semanas tengo el carro parado, siempre he vivido del tráfico, pero no hay gasolina, así que me toca vender cigarros y café aquí para aprovechar la gente que hace cola todos los días”. Esta es la opción de Mauro, un chofer de 39 años de edad que aprovecha la cola en una reconocida red de farmacias para vender sus menudencias.
Se reducen los pagos
Para comprar comida es necesario ir a pie hasta los mercados que aún permanecen abiertos en la ciudad. Tal es el caso de El Centro y Los Plataneros en el oeste de la ciudad. La razón es la falta de efectivo. Los bancos están cerrados, por lo que el tráfico de papel moneda también está paralizado.
Los vendedores aseguran que en estos días de cuarentena han aumentado las transacciones con dólares y pesos colombianos. “La gente está gastando sus ahorros en comida. Hay mucho miedo, no solo por lo del coronavirus, sino por lo que pueda pasar con el gobierno. Por eso pagan más con dólares”, dijo un vendedor de comida por bulto en el mercado Los Plataneros.
Después del mediodía, Maracaibo queda en total soledad; solo pequeños grupos de gente se ven caminando hasta sus hogares después de la jornada de trabajo. Se calcula que los marabinos caminan entre ocho y diez kilómetros diarios para llegar a sus lugares de trabajo o adquirir alimentos.
Rutas insuficientes
Desde este viernes 20 de marzo, la Alcaldía de Maracaibo inició un plan de traslado con ocho rutas de transporte gratuitas. “Quienes necesiten salir de manera indispensable tendrán a disposición 34 autobuses”, dijo el alcalde Willy Casanova.
Para gozar del servicio no solo se debe cumplir con las normas sanitarias que han indicado las autoridades para evitar la propagación del COVID-19, como el uso obligatorio del tapabocas, sino esperar por varias horas en las paradas, debido a la gran cantidad de gente que se moviliza en la ciudad para cumplir jornadas laborales.
Los horarios son desde las 7:00 de la mañana hasta las 5:00 de la tarde, sin embargo, las autoridades regionales aclararon que solo son para el uso de trabajadores de la salud y sectores prioritarios y estrictamente para usuarios que requieran comprar alimentos o ir a consultas médicas de emergencia.
Con información de Crónica Uno