Antes de desarrollar la primera idea sobre el tema que voy a abordar, quiero mantener presente que las enfermeras siguen en un justo reclamo de alcance nacional y que hoy domingo cumplen 1 mes y 4 días de protesta, ante el silencio y la crueldad de un gobierno hambreador que insiste en ignorarlas.
A ellas y a todos sus compañeros, mi admiración y solidaridad absoluta. Son un ejemplo en los tiempos más difíciles de lucha y los demás venezolanos tenemos mucho que aprender de ustedes.
Una de las principales razones de la protesta de las enfermeras, así como de las protestas que se han activado en varias partes del país, es la hiperinflación y sus consecuencias en la vida de las familias venezolanas.
Hoy en Venezuela ningún trabajador honesto, ninguna madre trabajadora, ningún obrero, ninguna maestra, ninguna enfermera puede darle las condiciones de seguridad mínima a su familia con el dinero producto de su salario.
¿Y qué hacen en el gobierno de Maduro y sus cómplices? Mentir impunemente en sus anuncios y, además, seguir aplicando políticas económicas que asfixian y matan de hambre al pueblo.
Ahora la más reciente, con la que pretenden que dejemos de ver lo importante: quitarle cinco ceros a una moneda que ellos mismos pulverizaron a punta de corrupción, guisos y malversación.
Eso que en Miraflores han decidido llamar «Plan de Recuperación y Prosperidad Económica” no es otra cosa que una nueva equivocación, un nuevo error que va mucho más allá de convertir cien mil bolívares fuertes en un bolívar soberano. Es decir: cien millones de bolívares de cuando recibieron el Poder en 1998 en un bolívar anclado a una mentira y que nacerá sin el más mínimo valor.
Así que, como desde el gobierno van a insistir en hablar de la reconversión y las medidas económicas en todos lados, creo que es una responsabilidad política de nuestro liderazgo darle argumentos a quienes nos leen para que a nuestra gente no le caigan a cuentos y todos sepamos como confrontar la cadena de mentiras y excusas que van a empezar a soltar.
Voy a concentrarme en siete puntos, aunque el tema da para mucho más. Pero me parece importante que tú, que me lees, puedas entender lo que sucede y gracias a eso frenar al aparato de propaganda. Empecemos.
- Ninguna medida es una solución. Este es nuestro punto de partida: ninguna de las medidas anunciadas por Maduro y luego explicadas por sus principales colaboradores de su fracaso soluciona los problemas de los venezolanos. Todos los anuncios, empezando por lo de quitarle los ceros a la moneda, son medidas cosméticas que no resuelven el déficit, porque no son capaces de reconocer ni la hiperinflación ni la crisis. Cuidado y la jugada no termina generando consecuencias todavía más graves y peligrosas, justo cuando los analistas más conservadores dicen que la inflación ya supera el 100% por mes.
- ¿Por qué cinco ceros y no tres o seis de una vez? Así acumularán mentiras esta gente, que hace apenas unas semanas hablaban de quitarle tres ceros al bolívar y de unos billetes que ya estaban imprimiéndose, para después salir con esta payasada del Nuevo Comienzo Económico, ¡como si hubieran agarrado el Poder la semana pasada! ¿O pretenden que se nos olvide que la reconversión monetaria estaba pautada para hace más de un mes, luego para el 4 de agosto y ahora para el 20?
Eso sí: es necesario saber que no importa si son tres ceros, cinco o seis. Esa medida no paralizará el aumento de los precios ni la hiperinflación. No dejen que nadie les caiga a cobas. Y díganlo de frente: esto nada más sirve para las calculadoras y los ejercicios contables.
Más de uno se preguntará, entonces, por qué cinco ceros y no seis de una vez. Además de que les conviene confundir más a los venezolanos y obligarnos a evadir los grandes temas, hagan un ejercicio de imaginación: ¿se imaginan al gobierno teniendo que asumir que, después de un montón de aumentos inútiles, las enfermeras, los obreros, las maestras y quien gane sueldo mínimo tiene un salario de una sola cifra?
- Más negocios (y más dólares) para sus cómplices. Desde organismos multilaterales hasta el más independiente de los economistas venezolanos han dado unas cifras que demuestran que, si seguimos como vamos, en poco más de un año los mismos cinco ceros que hoy eliminan van a volver a los precios. Sin embargo, el negocio de comprar divisas baratas para cómplices y enchufados sigue ahí… entre otros beneficios.
Hay que recordar que, después de unas expropiaciones criminales, el gobierno decidió que Agropatria tuviera el monopolio de la importación de todos los insumos que necesitan los agricultores para producir. Era evidente que eso se transformaría en una red de corrupción. Y así fue. El campo se vino abajo, pero quienes estaban enchufados en el gobierno se llenaron de plata.
Ahora, después de ese desastre, una de las medidas de este paquete lanzado por Nicolás Maduro es eliminar los aranceles para quienes decidan importar agroinsumos. ¡Como si las importaciones hubieran caído por un asunto de impuestos y no por las pésimas condiciones para la inversión y el guiso con las divisas!
Monopolizaron el sector, el pueblo está muriendo de hambre y aún así no se dan cuenta del error. Vuelven a tomar una decisión que es un caldo de cultivo para la corrupción y la inflación. ¿Por qué? Pues porque todavía no han definido qué son esos «bienes de capital» que pueden importarse sin pagar aranceles, pero además eso generará más déficit al disminuir la recaudación. ¿Y cómo van a tener que reparar ese déficit? Otra vez poniendo al BCV a imprimir dinero sin respaldo. Es decir: más hiperinflación.
4. ¡Y el bolívar llevando palo! Hay algo que debemos explicarle bien a nuestra gente: la causa de la hiperinflación no es la depreciación de la moneda. Quien quiera puede sacar la cuenta y, al contrastar el aumento de los precios con el del dólar, entenderá que a estas alturas ya una reforma cambiaria no va a ser suficiente.
Sin embargo, la manera en la que han decidido lanzarse una «flexibilización cambiaria» sin asumir las consecuencias de todos estos años de controles ni exponer un nuevo convenio es otra irresponsabilidad.
El asunto es que, de repente, aquello que durante años dijeron que era el origen del problema ahora será «flexibilizado» a conveniencia de sus intereses. Porque todo esto pasa justo cuando PDVSA ha dejado caer la producción de manera estruendosa y, como las otras empresas petroleras extranjeras que operan en el país, necesitan vender sus dólares «por fuera» para bajar sus costos de producción en bolívares.
Y eso le va a traer consecuencias políticas a los intereses internos, en especial cuando la entrada de esas nuevas divisas baje el precio en el mercado paralelo y la hiperinflación empiece a comerle el negocio a quienes siguen trampeando con las divisas a precio preferencial. No van a dejarse matar la gallina de los huevos de oro así por así.
- El embuste del Petro. Otro argumento que es necesario tener bien claro: el Petro es una moneda que no se puede utilizar en ningún otro mercado y por la que nadie transa. Es decir: no existe. Es una mentira. Así de simple.
Además, hay que ser bien irresponsable para atreverse a decir que anclarán la moneda de un país a un instrumento que varía según la Canasta Petrolera. ¡Ellos mismos han sido testigos de lo volátil que es el mercado petrolero! Y aun así deciden hacer que la moneda en la que la gente recibe el salario de su trabajo dependa de una variable inestable y en muchas ocasiones impredecible como los precios del petróleo.
- ¿Y la gasolina? Cada vez que se hable de hiperinflación, pongan en la mesa este dato importante: el caso de Venezuela es posiblemente el único en el que se ha llegado a estas cifras criminales sin que esté implicado un aumento del precio del combustible. Así que imagínense lo que sería esto si, como pasó en los casos históricos de hiperinflación, un aumento de la gasolina incidiera en el precio de los alimentos y los servicios.
Con los nuevos anuncios y las nuevas monedas, saque la cuenta y verá que no existirá manera alguna de pagar un tanque de gasolina al precio de hoy. Es decir: la reconversión incluye un aumento del combustibe escondido, como el Caballo de Troya, para atacar sin piedad el bolsillo del pueblo trabajador. El tema es la demagogia que ellos mismos hicieron con la gasolina para ahora venir con un ajuste aprovechándose de la confusión que reina y sus consecuencias.
¡Y ya el propio Maduro asomó que usarán el Carnet de la Patria para seguir extorsionando a la gente! Algo que ya desde hace tiempo viven los venezolanos en los estados fronterizos con el fulano chip del combustible. Es decir: no solamente se lanzan un paquetazo escondido detrás de la reconversión, sino que además se encargarán de que aquellos que no se arrodillen ante ese instrumento de chantaje que es el Carnet de la Patria sufran consecuencias mayores.
- Hiperinflación para rato. Las cifras que dan los analistas más respetados del país, de varias tendencias políticas e ideológicas, son claras: los cinco ceros que quieren esconder hoy reaparecerán en menos de un año y medio si no se toman otras medidas. Y el asunto es urgente.
«Siguen ignorándonos y matándonos de hambre», le escuché decir a una enfermera hace unos días. Siguen sin detener el déficit. Siguen sin estimular la producción. Siguen trampeando con las divisas y negados a suspender los controles.
Tenemos la responsabilidad urgente de encontrarnos y decidir las estrategias necesarias e irlas impulsando con miras a que el cambio político necesario tenga lugar. Esto es inaguantable. Nuestro pueblo merece saber desde ya qué es lo que haremos cuando el cambio llegue a nuestra Venezuela. Hay muchos economistas, académicos y especialistas que tienen las ideas y el conocimiento necesario para llevar adelante la transformación que esta nueva circunstancia obliga. Los conozco y los respeto. Me he reunido con varios de ellos y he escuchado sus ideas.
Es la hora de hacer Política de Estado y así permitirle a los venezolanos entender que sabemos cómo salir de esta crisis y que necesitamos que cada factor político se ponga en esta dirección. No están pidiendo un candidato ni una campaña electorera para quienes figuramos en las encuestas de presidenciabilidad. Es posible que quien no haya sido candidato presidencial no lo entienda, pero estos no son los escenarios de 2012 o 2013. Hoy es preciso articular de una manera distinta a la que depende de un clima electoral, acompañando a la gente al mismo tiempo que se les presenta un plan responsable y viable.
A eso debemos dedicar nuestro esfuerzo y ese es mi compromiso que reitero a todos los sectores del país que tenemos el objetivo común de sacar a nuestra Venezuela adelante. Lo que viene no es cosa de juegos, cada día empeora todo y debemos estar atentos y preparados para acompañar a nuestro pueblo y presentarles una propuesta viable para salir de este trágico momento en el que nos encontramos.
¡Qué Dios nos dé la fuerza e ilumine nuestro camino! ¡Qué Dios los bendiga!