Agobiadas por la crisis económica, las enfermeras se declararon en paro indefinido hasta que el Gobierno ajuste los sueldos del personal de salud. El lunes, 25 de junio, inició la huelga en hospitales de la capital y en distintos estados del país. De no tener respuesta por parte de las autoridades, aseguraron, habrá renuncias masivas en los hospitales. En 5 testimonios se evidencia el calvario que viven enfermeras producto de los bajos salarios que perciben mensualmente.

Joanna Romero, enfermera del J.M. de los Ríos
Si hubiera sabido que iba a pasar tanto trabajo, no hubiera estudiado enfermería. Yo soy de Santa Teresa del Tuy (estado Miranda) y tengo que trasladarme hasta aquí para poder trabajar. Cuando no estoy trabajando, vendo café por mi casa para poder redondear mi sueldo. He pensado en irme a Perú a vivir. Tengo gente allá que me dice que les va bien, pero para emigrar también necesitas tener plata. El dinero que tengo no me alcanza ni para hacer la licenciatura aquí en el país.

Gabriela Blanco, enfermera del J.M. de los Ríos
Yo trabajo en el servicio de Medicina III aquí en el hospital de niños. Antes éramos siete enfermeras y ahora solo quedamos tres. Una enfermera tiene que atender ocho pacientes cuando lo normal es que atienda dos.
Ahora estoy embarazada y mi sobrina, que es enfermera y está en Colombia, es la que me manda plata para poder subsistir aquí. Tiene tres meses allá y le va bien. Estoy pensando en irme con ella porque lo que uno gana aquí no alcanza para vivir.

Érika Monroy, enfermera de la Maternidad Santa Ana y del hospital de Lídice
Yo vivo en Los Teques y el pasaje para bajar hasta Caracas está en 100 mil bolívares. Aquí nosotros cobramos 400 mil bolívares quincenal ¿De qué me sirve ese sueldo? Solo para venir a trabajar dos veces a la semana. Lo que ganamos no nos alcanza para comprar un uniforme que cuesta 20 millones de bolívares ni un par de zapatos en 15 millones.
Hasta hace dos años, la Maternidad Santa Ana daba los pañales y todos los insumos. Ahora hay hasta que pedirle el detergente a las pacientes para limpiar las áreas donde están. Ya no hay terapia de cuidados intensivos, porque la mayoría de las incubadoras están dañadas. Por mucho que queramos ayudar, aquí no hay nada.

Joanna Rivas, enfermera del J.M. de los Ríos
Tengo nueve años trabajando aquí en el hospital y en los últimos dos meses han renunciado unas 100 enfermeras. Yo tengo hijos y ya viene la época escolar. No he pensado cómo voy a hacer para comprar los útiles. Por más que me interne en el hospital 24 horas haciendo guardias no me va a alcanzar. Ni haciéndolo me alcanza para cubrir mis necesidades básicas.

Belkis Barrios, enfermera del Hospital Universitario de Caracas
Con el sueldo mínimo mensual (Bs.3.000.000) que aumentó el Presidente solo se puede comprar este pote de mantequilla. Ya basta de que nosotros siempre velemos por los demás ¿quién vela por mí, por mis hijos y mi familia? ¿Quién vela por las enfermeras? La inflación que estamos viviendo nos está matando. Yo soy enfermera instrumentista y trabajo en el quirófano del Hospital Universitario. Hemos pasado más de un mes sin agua y no tenemos insumos para operar. En dos meses se han ido más de 30 profesionales que trabajaban conmigo.

Publicado por Efecto Cocuyo

Ir a la barra de herramientas