Vamos directamente al grano por una razón específica: cuando el contexto político es tan complejo, aparecen unos demagogos digitales y los embusteros de siempre a confundir a nuestro Pueblo. Mezclando sus intereses personales con las matrices de opinión que ponen a circular de manera irresponsable. No le haga caso a aquellos “iluminados o predestinados” que sino se hacen las cosas como ellos dicen, todo está mal, nada sirve, el régimen no cae porque no les hacen caso, etc. Al final son los grandes aliados del aparato de propaganda del régimen, porque su mayor empeño está en descalificar a la propia oposición que es la que moviliza, la que tiene el apoyo en el mundo real y no el virtual.
Éste es un momento político que requiere, además de esperanza, certidumbre y capacidad de ubicación en el contexto, porque los cantos de sirena del “liderazgo” virtual generaron una expectativa que, a pesar del esfuerzo de Juan Guaidó como Presidente Encargado y del resto de los diputados de la legítima Asamblea Nacional por atajarla diciendo la verdad, ahora muchos corren el riesgo de que se les transforme en una decepción.
De modo que esta semana la información que difundamos deberá ser orientadora y clara, en especial en cuanto a una serie de acciones que ya se han puesto en marcha, como la Operación Libertad y sus acciones consecuentes, y las expectativas que debemos tener sobre sus consecuencias, sus efectos y los objetivos que todo esto puede replantear.
Vamos a comenzar por lo determinante: la Operación Libertad. Y quizás esto no sea del agrado de algunos, pero un liderazgo político responsable debe ser claro y siempre con la verdad por delante.
Durante años, la mamarrachada del régimen ha desvirtuado la manera de entender la Política, haciéndole creer a la gente que la improvisación es un talento y que extorsionar a la militancia es una estrategia ética. Les pongo un ejemplo: ¿ustedes saben por qué las reuniones de gabinete, que desde hace años pasan en cadena de radio y televisión, no sirven para nada? Pues porque una reunión política de alto nivel, en la que deberían tomarse decisiones determinantes para la vida del país, después de un proceso serio donde los involucrados exponen sus puntos, discuten con argumentos e incluso sacrifican posturas con miras a lograr una decisión, fueron covertidas en un show para exhibirse como un programa de variedades.
¿A qué voy con este punto? Pues a que mucha gente quiere enterarse de qué va la Operación Libertad por su Twitter, por una nota de prensa, por Facebook o por WhatsApp, cuando la línea política ha sido clara: es necesario organizarse por comunidades, por sectores, por calles, y establecer Comités para empezar a llevar adelante acciones estratégicas. Y atentos aquí con esta palabra: estratégicas.
Cuando se está luchando contra un régimen criminal, las acciones estratégicas deben tratarse con disciplina política y obedeciendo a una táctica con objetivos específicos. Y por eso les confieso cuánto me ha llamado la atención, muchas veces con preocupación, que en esos sectores populares donde los paramilitares amenazan a diario la vida de la gente honesta, estén más organizados y hayan concretado la conformación de los Comités, mientras que en muchas de las zonas donde el proceso organizativo podría ser más sencillo hay unos retrasos significativos en estas acciones. Y uno de los argumentos más frecuentes que me dan es que «no sabemos de qué va la Operación Libertad», obviando peligrosamente el paso que resulta el inicio de todo: la conformación del Comité.
¡Estamos yendo contra una dictadura! ¿De verdad hay quienes, a estas alturas y con lo que sabemos sobre las violaciones a los Derechos Humanos, creen que una táctica y una estrategia que tiene como fin ponerle fin a la usurpación les va a llegar por Twitter?
Piensen en que hubo una comunidad organizada que se envalentonó y, siguiendo un objetivo político claro, salió a protestar a una cuadra del Palacio de Miraflores. Piensen en que hubo comunidades donde decidieron decirle que no a unas cisternas populistas que nunca van (fueron para chantajearlos), porque el objetivo político de su protesta no era resolver «por un ratico» sino tener agua potable como Dios manda. Piensen en que hasta el día de ayer en Zulia los paramilitares de Maduro seguían disparando contra quienes protestaban por su legítimo derecho a vivir decentemente.
¿Saben cuál es el peligro de eso? ¡El peligro es que ahí es cuando hacen fiesta los demagogos digitales, los oportunistas y los irresponsables! Aquellos que pareciera que lo único que hacen es criticar y en la vida real no son capaces de llenar ni una plaza pública. Ocupados de cuantos RT reciben por un tweet. Justo cuando quienes deberían formar parte de las acciones políticas más rotundas, están esperando que les llegue la línea política por la pantalla del teléfono.
Hay una sola manera de conquistar nuestros objetivos: cuando las comunidades se organizan, cuando hacemos más robusta nuestra estructura política, cuando ejercemos la mayoría que somos, cuando la disciplina se convierte en lo que determina nuestro comportamiento político, así es que podremos conquistarlos.
Los venezolanos tenemos razones de sobra para estar indignados, ha sido muy duro y muy doloroso, y todos quisiéramos que esta pesadilla se acabara ayer. Sin embargo no podemos ser objeto de manipulación de proclamas vacías que nunca pasan de ser eso, una proclama, nunca dicen el cómo. En contraste con ello, con lo vacío, tenemos que activar a nuestra gente diciéndoles lo que se debe decir: que si no protestamos, la rabia que tiene la persona no sirve de nada; que es natural estar hartos, pero que si nos dedicamos a resolver nada más lo individual la dictadura de fortalece. Es normal desconfiar después de tantos años de frustraciones, pero esa desconfianza no va a servir de nada si seguimos cayendo en la trampa de creerle las mentiras al primer oportunista que juegue a dividir porque es la única forma que encuentra para que le paren bola. No estamos haciendo «una marcha más». No estamos haciendo «una protesta más». No estamos haciendo «una campaña más».
Nicolás Maduro no ha recuperado ni terreno ni popularidad: cada vez están más cercados, cada vez tienen menos tropa, cada vez tienen menos Poder.
No podemos perder de vista cuánto hemos avanzado durante estas semanas, porque eso sería quitarle mérito al compromiso que cada uno de nosotros ha puesto en esta lucha. Algunos hemos dejado todo en estos años, más allá de las mezquindades interesadas de algunos que sólo destruyendo sienten que ganan espacio.
No podemos permitir que se nos olviden las victorias. Y menos cuando nos han costado tanto.
¿Qué hacer entonces? Lo primero: no te dejes quitar tus victorias, porque son tuyas y han implicado parte importante de tu vida, de tus fuerzas y de tu empeño.
Luego: organízate y comprende, junto a tu gente, la dimensión política de la lucha que estamos dando. Comprende que hay una táctica, una estrategia y una logística que no puede ser difundida de la misma manera que una convocatoria a una asamblea o un cabildo.
Se trata de acciones sensibles y directas: tú decides si quieres formar parte de ellas o no, pero considera que la certidumbre que puedes tener siempre será mayor si participas activamente desde tu comunidad organizada.
Ayer el país entero estaba en la calle, porque el Pueblo logró articularse en 358 puntos distintos. A pesar de no contar con agua y servicio eléctrico en gran parte del país y el impacto que tiene en la agenda de la gente. ¿Puedes ver cómo no tienen ni Pueblo, ni tropa, ni policías ni paramilitares suficientes para hacernos frente cuando la organización nos permita tomar acciones estratégicas comunes?
Durante años la disciplina política ha sido una de nuestras mayores debilidades. ¿Vas a dejar de participar justo ahora, cuando la ruta está clara y la debilidad política y táctica de la dictadura es tan evidente? Si has decidido acompañar esta lucha hasta ahora, yo y muchos más te queremos aquí, en el mismo bando y dándole el mismo sentido a la lucha.
La lucha ha sido larga y ha sido y es muy desigual. Y por eso tienes que entender cuáles son nuestras fortalezas y no dejarte robar ninguna victoria.
¡El Pueblo venezolano no puede dejar que le impongan la desesperanza! Debemos seguir avanzando, reaccionar y hacerlo juntos.
¡No te dejes quitar este momento histórico para lograr la victoria del cambio; la que sólo podemos concretar si la llevamos adelante juntos!
Los apagones y la crisis del agua, sumados al hambre y a la crisis hospitalaria, son tragedias que tienen en la usurpación a sus culpables, pero si dejas que eso te quite las ganas de movilizarte en las calles ellos son los que ganan.
La dictadura apuesta a tu resignación, pero si te acostumbras ellos son los que ganan.
Son un régimen usurpador que se sostiene por la fuerza y la violencia, pero también saben que si salimos todos a la calle, organizados y con la línea política clara, se les termina el poco de Poder que les queda, pero si no te movilizas ellos son los que ganan.
La gran apuesta del régimen hoy es no darle solución a ninguna crisis y apostar por tu desesperanza. Y para eso cuentan también con los charlatanes que crean falsas expectativas y pretenden afectar al liderazgo serio.
Tú eres quien decide a quién creerle: al que te quiere desanimado o al que pelea a tu lado para, juntos, ser libres.
¡Vamos juntos entonces a recorrer este camino por la Libertad y Democracia de nuestra Venezuela!
¡Qué Dios bendiga a los venezolanos!