En 50 días de protesta pacífica en la calle, son incontables las violaciones a los derechos humanos cometidas por un gobierno débil y deslegitimado que ha secuestrado las garantías más básicas del pueblo venezolano. Un expediente documentado con esos detalles era lo que íbamos a presentar al Alto Comisionado de la Organización de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, pero no pudimos hacerlo en persona, porque los esbirros cumpliendo órdenes de Nicolás Maduro nos robaron nuestro pasaporte.
Esa es la nueva modalidad de este gobierno, robarte el pasaporte buscando evitar que afuera se sepa la verdad del país, lo que ellos no parecen recordar es que existe la tecnología, y el informe igual fue entregado al Alto Comisionado, no pudimos explicárselo en persona, pero si pudimos hacerle llegar las violaciones a los derechos humanos que han sido documentadas.
Maduro y su camarilla están cada vez más aislados y temerosos del final, por eso cometen errores más evidentes. Si piensan que por desaparecer nuestro documento personal, vigente por demás y con el que viajé recientemente a Colombia, van a callar nuestra voz, están más que equivocados. Con esta nueva fechoría generaron mucho más interés del mundo en seguirse documentando de lo que estamos enfrentando los venezolanos para salir de este régimen dictatorial.
Los actos de represión política pueden incluir la creación de situaciones donde la muerte es el resultado final, pero no lograrán eliminar el sueño de cambio y libertad de los venezolanos, hagan lo que hagan, porque se perdió el miedo, porque entendimos que lo que nos puede hacer más daño es permanecer indiferentes y aceptar que el futuro se parezca a este presente de pobreza y miseria.
Por eso, ni con el Decreto de Estado Excepción y Emergencia Económica nos van intimidar, ese es un decreto nulo que busca erradicar nuestra legítima protesta, pero están más equivocados que nunca, porque nuestra lucha es una hoguera que se hace cada vez más grande, afianzándonos en la esperanza de los ya 50 venezolanos que han perdido la vida solo por el hecho de manifestar su rechazo a esta dictadura y querer rescatar nuestra democracia, de las más de 13.000 personas que han resultado heridas y de las 2.459 que han sido detenidas. Por todos ustedes esta lucha cobra ahora más sentido.
Ese decreto que todos los venezolanos debemos rechazar, es otra violación a la Constitución del dictaduro. Es la séptima vez que extienden una medida de este tipo, cuando la Carta Magna contempla que solo puede ser una. Es abiertamente anticonstitucional, violatorio del artículo 337 de la Constitución y de los tratados internacionales suscritos por la nación.
La Constitución Nacional establece tres tipos de estados de excepción, lo que antes era la suspensión de garantías: alarma, en caso de catástrofes; emergencia económica, en caso de circunstancias extraordinarias; y estado de conmoción interior o exterior, cuando exista un conflicto de carácter interno o externo. En cualquiera de los casos debe ser aprobado por la Asamblea Nacional y es por 60 días.
Con este nuevo parapeto jurídico lo que buscan es dar piso jurídico a la aplicación del Plan Zamora, pero aplicar el decreto para la cúpula no será tarea fácil, porque tendrían que justificar un toque de queda por razones políticas, simplemente porque la gente protesta. Es por eso que cada vez son más frecuentes las participaciones de grupos irregulares armados en cada iniciativa que los venezolanos llevan a cabo. Quieren generar caos y desvirtuar la protesta pacífica.
Y si algo nos preocupa son las intenciones del gobierno de dotar, aún más, al “brazo armado de la revolución”, como ellos mismos han nombrado, para controlar los focos de manifestaciones ante el desgaste experimentado por la Guardia Nacional. Que nos desmienta Padrino López si no tocaron ese tema en una reunión privada que tuvieron esta semana. Qué grande le queda ese uniforme señor, porque usted es ahora quien dirige a los grupos paramilitares.
Así como denunciamos esto, también Venezuela y el mundo deben saber la compra de Nicolás Maduro de minas antipersonas. Ese es un escándalo que se está dando dentro de la Fuerza Armada, en una operación llamada “Operación Libro”. Solo una palabra se viene a mi mente: ¡Desalmados!
De verdad que por reprimir al pueblo que exige la restitución del hilo constitucional están llegando a niveles inimaginables. Están evaluando la transformación de las policías Naval y Militar, como brigadas en servicios de apoyo en funciones de orden público para reforzar a la Guardia Nacional.
Cada vez son más los efectivos de ese cuerpo, que solicitan permisos y reposos por temor a la represión ordenada, más aún cuando supieron que hay dos oficiales sentenciados a 30 y 16 años de prisión, por el asesinato de la estudiante Geraldine Moreno que ocurrió el 19 de febrero de 2014 durante las protestas en Valencia.
No nos extrañe que pretendan regular el uso de las redes sociales, ya que además de las poderosas acciones de protestas de los venezolanos, que se conocen gracias a esa vía, también los tiene muy molestos que han salido a la luz pública la vida de millonarios que se dan por el mundo enchufados personeros del gobierno. Pero qué pueden esperar si se han comportado como los nuevos nazis de este siglo con una persecución desatada contra la democracia y la libertad de Venezuela.
Lo cierto es que el descontento se convirtió en protesta, y los venezolanos hoy sienten una voluntad irrenunciable de cambio. El desenlace de esta lucha épica que estamos librando está cada vez más cerca, por eso no debemos abandonar la calle y nuestras exigencias.
Como lo dijo nuestro Libertador “para el logro del triunfo siempre ha sido indispensable pasar por la senda de los sacrificios”. Porque así como lo hizo Mandela, los venezolanos estamos recorriendo un largo camino hacia la libertad, pero una vez que la consigamos no podemos descansar ni un instante, ya que la libertad trae consigo responsabilidades y no nos podemos quedarnos rezagados.
¡Qué Dios ilumine nuestro camino y bendiga a nuestra Venezuela, seguimos!